El personal era súper amable y siempre dispuesto a ayudar. Las dos habitaciones que reservamos estaban bien cuidadas y muy lindas, con un aire acondicionado que funcionaba de maravilla. ¡Todo impecable! 💫

Un lugar hermoso, con un restaurante al lado y cerca de la plaza. Además, está a solo 1 km de la iglesia de San Esteban. Las habitaciones son espaciosas, con una vista increíble. ¡Y la cama es súper cómoda! 😊

Es maravilloso, nada me ha dado muchos problemas, 100% recomendable. El personal era acogedor y mi habitación era de buen tamaño y bonita. En el centro de la ciudad, muy cómodo. El lugar estaba cerca del corazón de Loarre.

La ubicación era bonita, estaba a 20 minutos andando del Santa Engracia de Loarre. La cama era súper cómoda, la habitación era de buen tamaño y bonita, con aire acondicionado.

Una ubicación bonita para visitar la iglesia de San Esteban. La zona en la que estaba era admirable. - Nuestra habitación con aire acondicionado era de buen tamaño y bonita, tenía unas camas súper cómodas.

Es un lugar muy correcto para perderse en mitad de la nada, aunque una nada con unos paisajes, castillos y pequeños pueblos de impresión. El desayuno muy completo y de calidad.

Los azulejos del baño la verdad un poco pasadillos.

Todo en general, me parace un hotel de 5 estrellas.

La habitación doble en la que estuvimos era súper limpia. Estaba en una zona increíble en el centro y el personal era muy amable y atento. ¡Todo genial! 😊

Sentir el placer de alojarse en un viejo edificio con todas las comodidades actuales. Disfrutar del entorno con el magnifico castillo de Loarre a pocos minutos. Disfrutar de la buena mesa.

Los baños huelen algo mal.

La hospederia es un hotel con mucho encanto, situado en la plaza del pueblo, la atención fue explendida, el señor de la recepción fue muy amable, atendiendonos y dándonos mucha información. Nos recomendó cenar en el propio hotel y salimos encantandos.Seguro que volvemos porque disfrutamos mucho del lugar, tranquilo y relax que era lo que buscabamos ese fin de semana.

La habitación era de buen tamaño y bonita. El personal es muy servicial y atento.

Es tranquilo y acogedor, el desayuno abundante y bueno y tanto la comida como la cena exquisitas, muy bien preparado y presentado

Me sorprendió tanto allí como por los alrededores que a la hora de comer no había término medio, resulta un poco caro, aunque todo muy bien elaborado.

*Es un excelente hotel. La decoracion, limpieza, trato del personal, la comodidad de sus camas y almohadas y el generoso desayuno con productos de alta calidad y abundancia ademas de un cafe buenisimo hacen de este hotel una excelente opcion para ver el Castillo de Loarre, el propio pueblo que posee una iglesia digna de ver, con unas pintura que no te dejan indiferente, Bolea y su Colegiata y tambien Ayerbe, con un casco medieval. *Dispone de un menu de 20euros y el restaurante esta en la primera planta y es muy acogedor, ademas galardonado por la guia Michelin. Tiene una terraza exterior bajo unos porches donde se tiene que estar genial en el buen tiempo. *Aunque fuimos con una oferta me sorprendio la honestidad del hotel al darnos una factura. Viajamos mucho y cada vez es mas habitual que no te la den, menos mal que alguien paga sus impuestos. **Chapó por este hotel por todo en general.

Se trata de un hotel ubicado en un pequeño pueblo con mucho encanto. Por la noche, la plaza es tranquila y perfecta para descansar después de un día de turismo. La habitación era amplia y cómoda, con vistas espectaculares a la sierra. Nos encantó el desayuno, con una gran variedad de productos locales frescos y de gran calidad. Para los más fiesteros, hay opciones de ocio en pueblos cercanos con más servicios.

La situación que tiene es buena porque puedes visitar cosas muy bonitas en los alrededores, los Mallos, el Castillo, San Juan de la Peña, etc y lo más lejos está a poco más de una hora de camino. El padre del camarero (desconozco si es el dueño) es un persona superamable y te atiende con extremado cariño. Muy pendiente del cliente preguntando si todo está bien y no duda en asesorarte en visitas por la zona. No así el hijo o camarero que bien podría parecerse al padre.

El día que llegamos la calefacción de la habitación estaba puesta pero pasadas un par de horas, la apagaron y no volvió a funcionar más. No es que hiciera un frío siberiano, hacía frío simplemente, pero si que apetecía estar calentito cuando te levantabas por la mañana o cuando salías de la ducha. Un acto feo. El camarero no es que derrochara simpatía precisamente. No pretendo que me pasen la mano por la espalda pero como mínimo que cuando doy las gracias, me respondan con un "de nada". Considero que para estar delante del público se debe ser algo más ¿simpático?. El desayuno correcto. No es que haya mucho de todo pero para mí ya iba bien. Tan solo si acaso, algo más de embutido porque solo había de dos clases. No volvería a pagar 21€ por el menú que tienen de mediodía. Plato grande y poca manduca. La limpieza de las habitaciones pues bueno, la cama y sea acabó. La escoba ni la pasaban.